miércoles, 16 de diciembre de 2009

"EL DUENDE ENAMORADO"


Existen seres que aunque muchos nieguen su existencia pertenecen a nuestro mundo por increíble que parezca los cuales están arraigados o son atraídos por cierta clase de personas; uno de estos tantos seres son los duendes criaturas de pequeña estatura de viejo aspecto y pulcro vestir, ellos gustan de apropiarse de menores sobre todo cuando estos no han sido bautizados; pero también hay algunos de estos seres que han tenido un comportamiento hostil con nosotros por estar empecinados en alguien de nuestro entorno, puede darse que de tan solo juguetear con los niños, lleguen a hacerles daño tanto a ellos como a sus familiares que intentan protegerlos como les procedo a contar.
Había una vez en nuestro valle una hermosa niña de rubios cabellos y azul mirar la cual desde muy pequeña se vio envuelta en hechos por demás misteriosos, como cuando tenía meses de nacida se le dejaba en la cuna durmiendo una noche y luego esta amanecía acostada en el suelo, este hecho extraño ocurrió muchas veces en torno a esta niña, otro hecho era que la niña al poder siquiera caminar se ponía a jugar y reír en los rincones de la casa como si lo estuviese haciendo en compañía de una persona. Estos hechos de por si desconcertaban a sus familiares quienes acudieron al padre de la parroquia, quien les aconsejó que bautizaran a la niña y que cada que suceda un hecho extraño entorno de esta la alejaran del lugar y elevaran plegarias, ya que esta sería la causa por la cual ella tenía ese comportamiento tan extraño, el padre pensó que el caso trataba de que esta niña estaba siendo perturbada por algún “duende” juguetón.

Los padres de la niña al sábado siguiente como era costumbre en nuestra provincia procedieron a bautizar a la niña, con lo cual pensaron que estos hechos desaparecerían; así una tarde la niña jugueteaba alegremente en medio de la chacra en presencia de sus familiares quienes se encontraban reunidos por motivo de la celebración del cumpleaños de un miembro de esta, cuando de pronto vieron en un rincón a la niña conversar y juguetear de manera alegre sin compañía alguna lo cual puso en alerta a sus padres, luego se percataron que esta niña estaba siendo jalada por una extraña fuerza invisible, el padre corrió hacia la niña tomándola entre sus brazos para luego rezar plegarias al señor como lo indicó el padre, los familiares algo preocupados por la seguridad de su hija pasaron la cama de esta a su recamara donde se creía estaría mas segura.
Así pasaron los días y una mañana los dos padres se levantaron gritando por la impresión al ver que su menor hija no se encontraba en la cuna de lado, por lo cual corrieron despavoridos a buscarla por todos lados hasta dar con ella quien se encontraba en medio del patio rodeada de riquísimos y apetitosos frutos con los cuales la niña se distraía alegremente. Los padres nuevamente preocupados por este hecho procedieron a llevar nuevamente a la niña a donde el padre de la parroquia para que les de alguna solución al problema, una ves estando allí contaron a este de lo sucedido lo cual lo llevó a pensar que había que tomar medidas extremas ya que este duende se había encaprichado con la pequeña niña, así que aconsejó a los preocupados padres que rocíen agua bendita en el lugar donde este duende aparecía; los hechos por demás siguieron ocurriendo en torno a esta hermosa niñita quien gustaba de los juegos que este duende le hacía pero sin darse cuenta de que lo que realmente este aparentemente apacible ser quería hacer con ella, que era el arrancarla de los brazos de sus padres y llevársela a su mundo irreal del cual él provenía. Así una mañana en que la niña caminaba con dirección al patio de la casa la madre se percató de que esta estaba siendo conducida al patio de la casa mediante jugueteos, fue por ello que la madre cogió una botella con agua bendita y la roció rezando una plegaría sobre los costados de la niña cuando de pronto unos fuertes gritos acompañados con estridentes chillidos se escucharon lo cual llevó a la niña al suelo por la fuerza que hizo este ser al ser alcanzado por el agua bendita.
Pasaron los años y la niña recibió su fiesta de 5 añitos con lo cual también se pensó que este fastidioso ser había cedido en sus pretensiones, pero no fue así ya que una noche en que los padres se encontraban durmiendo en su recamara lograron escuchar que su hija conversaba con alguien en su cuarto que se ubicaba al lado de el de ellos, lo cual pareció extraño a la pareja de esposos es por ello que se dirigieron a la habitación de esta para luego ante su sorpresa encontrarla como sus sospechas lo anunciaban hablando y jugueteando nuevamente con su supuesto amigo “el duende”, el padre sujetó fuertemente a la niña mientras la madre rociaba agua bendita y rezaba plegarias desapareciendo el maléfico ser; al otro día la madre preguntó amablemente a la niña de quien se trataba la persona con la cual ella platicaba y jugaba anoche, para sorpresa de la madre la niña le responde que se trataba de su amiguito quien era un hombrecillo pequeño que siempre la visitaba el cual le decía que era su hermanito con el cual ella jugaría y quien la protegería de quien quiera hacerle daño, la madre quedó pasmada por lo contado por su hija así que nuevamente acudieron al padre quien a su vez solicitó la visita del monseñor de Arequipa para que les de una solución, quien luego de ponerse al tanto de lo sucedido sentenció que este travieso duende se había quedado prendado por la belleza de esta niña y querría llevársela de cualquier manera. El monseñor aconsejó a los familiares que siguieran echando agua bendita y rezando plegarias ante la aparición de este ser y que consiguieran un cuadro con la imagen de San Patricio, el cual alejaría al duende de la casa ya que estos seres odian la imagen de este santo.
Hasta que una mañana la niña se encontraba en medio del sembrío de cañas de azúcar tratando de arrancar una de estas, cuando de pronto el duende nuevamente apareció y comenzó a jalar fuertemente a la niña lo cual asustó por demás a esta quien gritó por ayuda a sus padres, al no ser escuchada por estos la niña tomó la caña de azúcar que había partido y le pegó al “duende” en la zona de el rostro lo cual fastidió bastante al fastidioso ser quien luego de esto rasguñó y tiró de los pelos de manera perversa a esta; los padres se extrañaron de la ausencia de la menor así que fueron en busca de ella temiendo que el duende le haya hecho algo, cuando de pronto se encontraron con este escalofriante cuadro; los familiares comenzaron a tirar agua bendita y elevar plegarias sacando estos el dichoso cuadro de San Patricio con lo cual el pequeño duende se hizo visible al perder sus poderes comenzando a correr gritando de dolor por el agua bendita echada sobre él y por no querer ver el cuadro del santo, con lo cual este fastidioso ser no volvió a parecerse jamás.

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