EL MILAGRO DE LA VIRGEN DE LA CANDELARIA DE QUILCA

Como todos los años los jóvenes éramos los mas entusiastas en la ya acostumbrada peregrinación al santuario, para mi ese año iba a ser el primero en que yo me preparaba para ir en la caminata de casi 40 km. con un grupo de amigos de edades promedio entre 13 y 15 años, por lo cual nuestros familiares no miraban con buenos ojos la travesía a la cual nos íbamos a someter los cuales nos desanimaban diciendo que todavía no estábamos preparados, que no íbamos a llegar, que los zancudos nos iban a comer vivos, que era peligroso entre tantas cosas; pero igual llegó el día y la hora indicada, primero de febrero al promediar la una de la tarde empezamos la caminata con un gran grupo de gente, desde el restaurante “el palomo” lugar donde nos dejo la combi iniciamos ruta por pura playa pasando por todas las cuevas, el faro, la arrinconada, la subida de pano, caminar y caminar contando historias, anécdotas y uno que otro chiste hasta que cayó la noche justo antes de llegar al ya conocido túnel el cual es lugar para hacer una respectiva parada y tomar un poco de aire para terminar la parte final del camino que era la dichosa subida hacia Quilca, la cual hace arrepentir a mas de uno de sus pecados haciéndonos rogar al señor que uno llegue al fin a la placita del pueblo.Estábamos ya algo cansados y con mas de siete horas de caminata encima no podíamos darnos por vencidos al dejar la caminata y para subir a unas de las tantas combis que se dirigían al mismo destino; minutos mas tarde a una de estas combis se le reventó una de sus llantas lo cual provocó que esta se despistara y por maniobra del conductor esta quedo al borde de un pequeño abismo frente a nuestras narices; todos quedamos atónitos ante lo ocurrido y por los gritos de desesperación que daban los ocupantes del vehículo, los cuatro jóvenes solo atinamos a intentar jalar de un lado la combi para evitar que esta cayera pero esto era inútil ante la poca fuerza con la que contábamos y el gran peso de la combi con sus ocupantes, cuando de pronto el terreno seguía cediendo así que nos propusimos hacer un ultimo esfuerzo por estar también poniendo nuestra vida en riesgo, todos tomamos aire fuertemente y a la cuenta de tres comenzamos a jalar con todas nuestras fuerzas, cuando de pronto la combi comenzó a ser retirada por nosotros hasta el punto de ponerla en terreno firme y salvar a los ocupantes de dicho vehículo los cuales salieron llorando a agradecernos, este hecho fue algo extraño para nosotros quienes no nos creíamos capaces de hacer dicha acción para lo cual los ocupantes de la combi nos rodearon y preguntaron algo confundidos como nosotros cuatro habíamos sido capaces de tan magna azaña, para lo cual intervino una anciana señora del distrito de San Gregorio diciendo:
-Esto no puede ser otra cosa que un milagro de la virgen de Quilca.
Lo cual nos dejó algo perplejos a nosotros y dio algo de significado al asunto inexplicable, los cuatro jóvenes seguimos con nuestra caminata sin dejar de pensar en lo sucedido con un silencio algo extraño lo cual nos llevo a reflexionar un poco sobre nuestra travesía que mas que un acto de fe como lo tomaban la mayoría de peregrinos era una aventura de amigos, pero a partir de ese día creo que todos tomamos en serio la a milagrosa y protectora que puede ser esta virgen a la cual vamos a visitar fervorosamente año tras año para pedirle alguna ayuda y comprometernos con ella con una respectiva promesa.