viernes, 21 de agosto de 2009

¿SABIAS QUE?, CAMANA TUVO UN HEROE EN LA BATALLA DE TARAPACA




Camaná no solo arrulló entre sus maternos brazos a grandes hombres: oradores, poetas, estadistas, maestros, teólogos, deportistas y agricultores amantes de la tierra; sino también héroes del campo de batalla, como es el caso del capitán JOSE CAMILO VALENCIA PACHECO, hijo de esta noble y aguerrida tierra, el cuál lucho valientemente en defensa del honor nacional, al lado de grandes hombres de nuestra historia, que hoy nos llenan de orgullo y son un ejemplo para las futuras generaciones.Este valiente patriota nació en Camaná el 25 de julio de 1837, fue hijo de Don José Anselmo Valencia y doña Dominga Pacheco; la posición holgada de la familia permitió que este valla a Lima a cursar estudios de Humanidades y luego trasladándose a Chile al cumplir los 13 años, de donde regresa para seguir la carrera de las armas en 1855, donde destaco con el cargo de sargento 2º en el batallón “CALLAO”. Participo en la toma de arequipa los días 6 y 7 de marzo de 1858; posteriormente participa en la campaña a que da lugar la invasión española de 1865 a ordenes del general Pezet, asiste a la batalla y toma el morro de Arica el 8 de mayo del mismo año a ordenes del coronel Gabriel Ríos. También asiste al combate del 2 de mayo donde defiende al Callao al mando del coronel Mariano Ignacio Prado.

En 1872 combate en el monitor “HUASCAR” al mando del almirante Miguel Grau Seminario y En 1875 al mando del coronel Buenaventura Aguirre asiste al combate de “PURUGUAY”. Este ilustre camanejo alterna sus días entre estudios y acciones heroicas llevadas a cabo con el propósito de ascender hasta que consigue los galones de capitán de Infantería, ascenso que coincide con la declaratoria de la guerra con Chile donde se pone al mando del general Buendía. Después de la batalla de Dolores y emprendida la retirada a Tarapacá, las dos divisiones que se mantenían integras y ordenadas; constituyendo el eje alrededor del cual debía girar todo el ejercito peruano, eran las que entonces comandaba el entonces coronel Andrés Avelino Cáceres y la otra al mando del coronel Francisco Bolognesi. Al capitán Valencia le toca estar al frente de la 5º compañía del batallón 2º Ayacucho, cuyo jefe inmediato era el coronel Agustín Moreno.
El capitán Valencia que se encontraba empeñado en un combate con fuerzas enemigas que se batían en retirada a un poblado denominado Huarasina, recibió ordenes expresas del mismo coronel Bolognesi, en el sentido de que no permitiera el atrincheramiento del enemigo en la aldea indicada y que tratase de desalojar cueste lo que cueste, autorizando a que reuniese a las tropas que pudiese para empeñarlas en esta acción, de la que dependía el éxito de la próxima batalla. Pero ya el enemigo estaba atrincherado en Huarasina y disponía de mayores elementos de los que contaba el capitán Valencia; felizmente este reemplazaba su deficiencia numérica con el valor que supo comunicar a sus tropas y con el ejemplo que el dio ocupando los puestos de mayor peligro ante el ataque que requería su presencia frente a las tropas que comandaba.
Ese día las balas cambiaban de dirección para no matar al héroe, que iba a la cabeza de sus tropas avanzaba cada vez mas contra la aldea, la cual incendia para desocupar al enemigo ocupante. Llega hasta la tienda del primer jefe de regimiento segundo de línea del ejercito chileno, a quien el capitán intima rendición, dos disparos de revolver del enemigo fueron el primer anuncio de la respuesta ofensiva que venia enseguida, pero las balas solo queman las orejas del valiente peruano que antes de amedrentarse, impone imperativamente rendición al enemigo que nuevamente se niega contestando de forma ofensiva y grosera; el capitán que estaba con la espada desnuda, no puede consentir tremendo ultraje, así que salta sobre el ofensor con la rapidez de un felino, valientemente, de forma inesperada para ambos, propinándole una gran estocada a la altura del cuello, con la cual murió desangrado. Este sujeto era el comandante de las fuerzas chilenas don Eleuterio Ramírez; dicho coronel fue glorificado dándole su nombre a una calle de Iquique. Gracias a la valentía del capitán valencia que elimino a los enemigos chilenos de dicha aldea, es que se consiguió la victoria en la batalla final. Por esta acción de armas el capitán valencia es ascendido a mayor. Con este grado pelea en la batalla de Tacna seis meses después donde su comportamiento es igualmente heroico como lo prueba su nuevo ascenso en esta batalla a la clase de Teniente Coronel de infantería. Las fatigas de estas campañas minaron su organismo, cada vez mas dada la madurez de su edad, sorprendiéndolo la muerte en la ciudad del Cuzco, el 12 de abril de 1882 a la edad de 45 años, cuando aun el país estaba en plena guerra y su territorio invadido.

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