jueves, 6 de agosto de 2009

CONVERSA DE DON JOSE MARIA MORANTE Y SANTOS PASTOR HOMBRE QUE VIVIO 136 AÑOS(PARTE 1)


VIVE EN LA POBLACION DE CAMANA, FUERTE Y CON SALUD, UN HOMBRE QUE CONOCIO AL VIRREY LA SERNA.
La moda de los simbudos, el terremoto de 1868 y la desaparición de La Deheza
SUS RECUERDOS DE AMOR Y TATARANIETOS DE 30 AÑOS
( “EL COMERCIO” DE LIMA, 5 DE JULIO DE 1934, PUBLICÓ CON ESTOS TITULARES A TRES COLUMNAS, EL REPORTAJE QUE POR ENCARGO ESPECIAL DEL CORRESPONSAL DE LA UNITED PRESS, HIZO JOSE MARIA MORANTE AL ANCIANO SANTOS PASTOR )
Camaná, junio primero.- Siempre despierta curiosidad en estos tiempos la rapidez hasta para vivir, aquellas vidas que, que desafiando los años, se acercan a la centuria o pasan de ella con una indiferencia sorprendente. Y esta sorpresa es mayor si se tiene en cuenta por los medios de vida, escases y miserias en que la longevidad se prolonga en forma extraordinaria como en el individuo de que vamos a ocuparnos.
Se llama Santos Pastor el personaje de esta crónica: moreno, de ojos vivos, casi calvo y facciones relativamente finas; talla mediana pero erguido, con el pecho saliente y el tronco regular y sin arrastrar los pies. Camina descalzo, no siempre con bastón, pero si con poncho, sin que interese a las autoridades la prolongación de esta vida que hace honor a nuestro clima. Tiene conversación locuaz a la cual ayuda una memoria ágil que recuerda el pasado de Camaná, sus episodios históricos, su evolución, sus hombres y su transformación urbana.

Vive ahora en el balneario de La Deheza de donde viene con frecuencia a la ciudad para saludar a sus amigos del pueblo que le obsequian algunas pesetas que el invierte en cigarrillos que le duran toda la semana. Lo invitamos a pasar a nuestra oficina, y con sombrero en mano acepto gustoso, atento y muy fino en su saludo al que siempre al que siempre acompaña con un “mi señor” o “su merced”.
- Queremos conversar con usted del pasado de Camaná……
- Muy bien “mi señor” diga usted.
-¿Es verdad que usted conoció al virrey La Serna?
-Si mi señor llego aquí acompañado del general Althaus con una escolta de mas de mil hombres. Se alojo en casa de las niñas Gonzales, ubicada en el sitio en el cual hoy tiene la suya la viuda del doctor valencia.
Se le recibió bien en Camaná con arcos y con flores hubo bailes y fiestas en la casa de las mencionadas señoritas. El virrey estaba elegantemente vestido y el pecho lleno de cordones dorados. Después de permanecer aquí unos días se fue a Quilca donde se embarco para España.
Parece que el coronel Althaus se caso después con una de las niñas Gonzales.
Pero en la batalla de Ayacucho en la que fue derrotado el Virrey La Serna hace ya 110 años; entonces usted Don Santos ¿cuantos tenia que recuerda a ese personaje?
-Tendría catorce años mi señor. Pero yo recuerdo haber visto a ese caballero como no habíamos visto a otro, así también como las atenciones que le brindaron los “simbudos” del pueblo.
-¿por que dice usted los simbudos?
-Si mi señor, los blancos usaban simba, trenza o coleta como dicen los toreros; y los mejores caballeros como Don Pepe, Don Manuel y Don Saturnino Pastor estaban con simba y pantalón de jerga a la rodilla. Y es cierto lo que le digo mi señor, que cuando venia misión, los padrecitos predicaban en la iglesia diciéndoles que se cortasen la simba, que solo las mujeres debían usarla.
-¿Y como era Camaná en ese tiempo como ahora?
-No mi señor. En la plaza de armas había una laguna y totoral, lo mismo que en la calle del Comercio, yo viva en la calle de San Pancho y con los muchachos de mi tiempo íbamos en las noches de luna a cazar patos. La iglesia no estaba como hoy en la plaza sino en el sitio que ocupa la cárcel; no había en ella altares, sino nichos en las paredes de adobes. El convento de los mercedarios estaba en el lugar que hoy ocupa el hospital. No había la calle del puente Bolognesi, sino un estrecho callejos que servía para pasar al callejón de la maquina que da entrada hoy al molino de don José Constantini, la primera casa que se construyo en la plaza fue la de Don Jacinto Pastor, e el sitio que hoy ocupa el hotel Molina. Se construyó la iglesia en el sitio actual, pero no con la fachada para la plaza, como ahora, y las paredes eran de tapia.
¿Fuma usted Don Santos?
-Un poco, mi señor. El humo me hará recordar mejor para contarle tantas cosas que usted no ha visto en nuestra tierra. Noto que unos días recuerdo mas que otros.
El anciano saborea el cigarrillo, bota unas cuantas bocanadas de humo, insinúa para que se le interrogue.
¿Quiénes fueron las autoridades en aquel tiempo?
-No había autoridades, mi señor los Flores y los Pastor eran los que mandaban. Los domingos juntaban a los esclavos para hacer obras publicas. Con ese procedimiento se abrió el cause del Brazo y se fue desviando al rio hasta arrinconarlo contra el cerro; porque mi señor; el rio corría por el actual caserío de Uchumayo y bajaba por la hacienda La Bedoya al pie de lo que ha dado en llamarse la Barranca.

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